
En un contexto de transformación digital y migración creciente, las remesas digitales se consolidan como un pilar económico para millones de familias colombianas. Cada año, miles de millones de dólares ingresan al país gracias al esfuerzo de quienes envían dinero desde el exterior, fortaleciendo la economía doméstica y abriendo paso a nuevas formas de inclusión financiera.
Las remesas —transferencias internacionales de dinero que los migrantes envían a sus familias— dejaron de ser un simple envío de apoyo familiar para convertirse en un instrumento económico estratégico. En Colombia, estas operaciones representan una de las principales fuentes de ingreso externo, con impacto directo en el consumo, el ahorro y el emprendimiento.
No solo los colombianos reciben dinero desde el exterior. Comunidades extranjeras radicadas en el país —como los 2,8 millones de venezolanos, además de haitianos y ecuatorianos— también envían recursos a sus familias, evidenciando la dimensión global de este flujo financiero.

Durante décadas, enviar dinero implicaba desplazamientos, largas filas y altos costos. Hoy, la revolución digital cambió el panorama: el auge de las remesas electrónicas permite transferir dinero en minutos, sin trámites presenciales y con comisiones más bajas.
Uno de los actores clave en esta transformación es Vurelo, plataforma que permite enviar, recibir y administrar remesas directamente desde el celular. Además, posibilita el ahorro en dólares digitales (stablecoins) y el uso inmediato del dinero para compras o pagos, integrando a los usuarios en la economía digital global.
El abogado y presidente de Asoblockchain, Camilo Suárez, destacó que las remesas digitales “no solo son un alivio económico, sino una puerta hacia la educación financiera y la inclusión tecnológica”, al permitir que los ciudadanos se familiaricen con herramientas seguras y modernas.

En un país donde las remesas representan estabilidad para millones de hogares, su digitalización marca un cambio de época. Colombia se posiciona como uno de los mercados más dinámicos de América Latina en adopción de tecnología financiera, demostrando que la distancia ya no es un obstáculo para apoyar a los seres queridos ni para participar activamente en la nueva economía digital.