
La comunidad del barrio Diana Turbay, en la localidad Rafael Uribe Uribe de Bogotá, vive con preocupación por el creciente número de hurtos de cableado eléctrico que se han presentado en los últimos meses. Vecinos del sector denuncian que bandas delincuenciales, aprovechando la oscuridad de la noche, trepan los postes de energía para cortar y llevarse los cables, dejando a varias cuadras sin servicio de luz.
Las cámaras de seguridad de la zona han registrado en diferentes ocasiones a los responsables, quienes actúan en grupo, con herramientas especializadas y en cuestión de minutos logran despojar el sistema eléctrico. El fenómeno, que se repite de manera constante, ha generado un clima de inseguridad y zozobra entre los habitantes, quienes temen que esta modalidad de delito siga expandiéndose a otras cuadras y barrios vecinos.
Los residentes aseguran que, además de la afectación económica por los constantes arreglos y la reposición del cableado, la situación ha incrementado la vulnerabilidad del sector, pues la falta de iluminación favorece la comisión de otros delitos como el hurto a personas y viviendas.
“Ya no sabemos qué hacer. Cada vez que reponen los cables, a la semana siguiente vuelven y se los llevan. Vivir a oscuras no solo nos afecta a nosotros, también deja a los niños sin poder estudiar y a los comerciantes sin trabajar con normalidad”, señaló una de las líderes comunitarias del barrio.
Los reportes ciudadanos ya fueron elevados a la Alcaldía Local y a la Empresa de Energía de Bogotá, pero los vecinos reclaman una respuesta más contundente, que incluya presencia policial permanente, refuerzo de patrullajes y estrategias de vigilancia comunitaria.
El hurto de cableado eléctrico se ha convertido en un fenómeno creciente en Bogotá y en otras ciudades del país, alimentando el mercado negro de cobre y afectando gravemente la seguridad de los barrios. En Diana Turbay, la comunidad pide acciones urgentes para detener lo que consideran una “ola de oscuridad” que amenaza su tranquilidad.