
Durante la actual temporada invernal, el país enfrenta un aumento de enfermedades respiratorias en menores de edad. Pero más allá del clima y los virus, especialistas de emi Falck han detectado un patrón preocupante: cada vez más niños llegan con defensas bajas por rutinas alteradas en alimentación, sueño y controles médicos.
Desde la experiencia de atención en hogares y clínicas, los pediatras señalan que varios factores cotidianos están afectando la respuesta inmunológica de los menores en el momento en el que más la necesitan.
“Vemos niños más propensos a enfermarse, tanto por la exposición al virus como por su estado general: comen menos alimentos ricos en nutrientes, duermen mal o no tienen sus vacunas al día. Todos estos factores reducen su capacidad para defenderse”, explica John Anderson Hincapié Sánchez, médico pediatra, especialidad en Desarrollo integral de infancia y adolescencia de la red de especialistas de emi Falck.
ABC para fortalecer las defensas infantiles en época de lluvia
- Alimentación que protege: Mantener una dieta balanceada. Nutrientes como la vitamina C, el zinc o la vitamina D son clave para mantener fuerte el sistema inmune. La recomendación: 5 porciones de frutas y
verduras al día, una de proteína animal y exposición solar diaria de al menos 15 minutos(cuando el clima lo permita). - Buen sueño (sin pantallas): El descanso nocturno se ve afectado por rutinas más flexibles y uso de pantallas en la noche. Dormir bien es esencial para la recuperación y la defensa del cuerpo. La recomendación:
entre 9 y 11 horas de sueño por noche. Evitar las pantallas al menos 1 hora antes de dormir para mejorar la calidad del descanso. - Calendario de vacunas y controles: Algunos niños presentan retrasos en su esquema de vacunación o han interrumpido sus controles pediátricos, dejándolos más expuestos frente a virus y bacterias prevenibles. La
recomendación: verificar el esquema del Programa Ampliado de Inmunización (PAI), mantener controles de crecimiento al día y retomar citas médicas si hay rezagos.
“Esta temporada de invierno está poniendo a prueba las defensas de los niños. Lo que hacemos en casa —lo que comen, cómo duermen, si están vacunados— puede marcar la diferencia entre una gripa leve y una hospitalización”, asegura el pediatra John Anderson Hincapié.
Según el Instituto Nacional de Salud (INS), a corte de abril del 2025, el país reportó más de 1.700.000 casos en consultas externas y urgencias, aunque el aumento en época de lluvias es común, una parte importante de la prevención sí puede fortalecerse desde lo cotidiano. La temporada invernal no se puede evitar, pero sus efectos sí se pueden mitigar. Con alimentación adecuada, descanso suficiente y vacunas al día, los niños tienen más recursos
para enfrentar virus respiratorios.